María Eugenia Baptista Zacarias: ¿Eres tú quien elige qué comer?
Muchas son las preguntas que podemos tener en nuestra vida sin respuesta, pero ¿Realmente somos nosotros los que elegimos qué comer?
Nuestra mente se encuentra llena de información en todo momento. Los constantes bombardeos comunicacionales hace que nuestra mente e mantenga activa y en muchas ocasiones, oyendo publicidad sobre los mejores alimentos para consumir, qué consumir y cuando consumir, y por qué consumir.
Lo cierto es que las elecciones de lo que comemos o dejamos de comer no son de nosotros mismos porque sí, por el contrario, muchas cosas pueden influenciarnos, como:
La publicidad que se le hace diariamente a diferentes estilos de comida, condiciona a las personas a querer conocer más acerca de otras culturas e incluso, las lleva a decir qué es mejor que cuál.
Las emociones inciden directamente en nuestra forma de alimentación. Cuando nos enfadamos, estamos tristes o alegres tenemos distintos gustos alimenticios.
En caso de que notes que tu humor influye mucho con la cantidad de alimentos que consumes, debes tener cuidado. Esas son las señales que debemos ver para evitar posibles trastornos alimenticios que pueden acabar con nuestra calidad de vida.
Lo recomendable es que cuando ciertas esas ganas de comer insaciables cuando estés triste, feliz o deprimida, debes controlarte.
Como verás, la alimentación es todo un campo intenso de interpretaciones, las cuales debes conocer.
Nuestra mente se encuentra llena de información en todo momento. Los constantes bombardeos comunicacionales hace que nuestra mente e mantenga activa y en muchas ocasiones, oyendo publicidad sobre los mejores alimentos para consumir, qué consumir y cuando consumir, y por qué consumir.
Lo cierto es que las elecciones de lo que comemos o dejamos de comer no son de nosotros mismos porque sí, por el contrario, muchas cosas pueden influenciarnos, como:
- El ambiente o lugar donde nos desarrollamos: toda la sociedad con la que compartimos a diario nos puede incitar o no a comer ciertos alimentos.
La publicidad que se le hace diariamente a diferentes estilos de comida, condiciona a las personas a querer conocer más acerca de otras culturas e incluso, las lleva a decir qué es mejor que cuál.
- La educación: desde que estamos en la barriga de nuestras madres nos enseñan las horas de la comida, y que en muchas ocasiones podemos tener algo dulce para degustar.
- Factores genéticos: los genes, alguno más que otros, están diseñados para guardar cierta cantidad de grasa para los períodos fríos. Esto viene de los períodos de las guerras, que por mucho tiempo tuvo privaciones de alimentos, por lo que el cuerpo se acostumbró a tener su reserva.
- factores intrínsecos: los factores intrínsecos no son más que nuestras ganas diarias de comer, a las horas y deshoras de comidas. En este factor interviene el hambre y nuestras ganas de saciarla.
Las emociones inciden directamente en nuestra forma de alimentación. Cuando nos enfadamos, estamos tristes o alegres tenemos distintos gustos alimenticios.
En caso de que notes que tu humor influye mucho con la cantidad de alimentos que consumes, debes tener cuidado. Esas son las señales que debemos ver para evitar posibles trastornos alimenticios que pueden acabar con nuestra calidad de vida.
Lo recomendable es que cuando ciertas esas ganas de comer insaciables cuando estés triste, feliz o deprimida, debes controlarte.
Como verás, la alimentación es todo un campo intenso de interpretaciones, las cuales debes conocer.