María Eugenia Baptista Zacarias: Las Raíces y los bulbos, enriquecen tus platos y tu salud

Las raíces y los bulbos son verdaderas “bombas nutricionales” Consumirlas crudas o cocidas nos aporta vitaminas y nutrientes de gran calidad.

Este tipo de plantas, mientras se desarrollan guardan su energía bajo la tierra, concentrando potentes sustancias nutricionales que cuidan nuestra salud. Y cuando están listas nos ofrecen sus vitaminas y minerales, dándole color y mayor valor nutricional a nuestros platos.

Algunos bulbos y raíces con gran poder nutricional:

Zanahoria: Su color naranja revela su riqueza en betacaroteno, pigmento precursor de la vitamina A, que ayuda a proteger la piel, la vista y a prevenir el deterioro celular.

Posee además potasio, hierro, vitamina C y ácido fólico. Al cocinarse se pierde la vitamina C pero se asimila mejor el betacaroteno.

Remolacha: Esta raíz de sabor dulce y terroso posee gran cantidad de antioxidantes llamados   antocianinas que le dan su característico color morado. Su sabor dulce proviene de sus azúcares (8,5%), además de poseer abundante fibra (2,5%).

Posee una gran cantidad de vitaminas: una ración de 100 g cubre el 37% de las necesidades diarias de ácido fólico y el 17% de las de vitamina C. Además sus hojas si están tiernas puedes utilizarlas en la ensalada.

Su jugo bebido con regularidad contribuye a reducir la tensión arterial.

Cebolla: cuando el bulbo está tierno, es ligera, depurativa, rica en vitamina C y fibra prebiótica, con una considerable cantidad de compuestos azufrados y flavonoides (sobre todo en sus capas externas) que son grandes protectores de las defensas de las vías respiratorias y el sistema circulatorio. Es eficaz contra los resfriados.

Apionabo: Es ligero, remineralizante y rico en apigenina, un flavonoide antiinflamatorio y anti cancerígeno. Puedes comerlo en ensalada, gratinado, con aceite de oliva aderezado con hierbas aromáticas.

Rábano: Los producidos en el invierno son más grandes que los de primavera. Crecen lentamente durante el otoño. Posee vitamina C y hierro, además facilita la digestión. Posee glucosinolatos compuestos azufrados de efecto protector frente al cáncer.

Sus hojas tiernas puedes usarlas como acelgas. Y se pueden comer crudos o cocidos.

Puerro: Los puerros en invierno son más gruesos que en verano. Muy buenos en caldos y guisos. Son digestivos y depurativos. 

También poseen compuestos azufrados que refuerzan las defensas y mejoran la circulación. Consumirlo crudo en la ensalada permite aprovechar mejor su ácido fólico y vitaminas B6 y C.

Incluye estos bulbos y mejora la calidad de tu dieta.

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