María Eugenia Baptista Zacarias: Mindfulness y cómo prácticarlo
El Mindfulness es una técnica de meditación que, aunque a algunas les suene sofisticado, es para todos los públicos.
Originaria del Budismo, se podría traducir como “conciencia plena”, cualidad que se manifiesta al sincronizar cuerpo-mente-espíritu viviendo el presente. Viene a decir que teniendo conciencia de nuestros cuerpos y dedicándole tiempo a la meditación, nos sentiremos más “plenos”.
No podríamos vivir sin la capacidad de estar en el presente: es la que nos permite recordar a dónde estamos yendo mientras caminamos, aun cuando durante el trayecto, nos hayamos perdido en miles de pensamientos. Sin Mindfulness sería imposible poder observar y reconocer la propia experiencia y vivir en este mundo.
Para iniciarse en la técnica de meditación, hay un periodo de aprendizaje y de entreno de la mente-cuerpo, estudiar la mente y saber cómo funciona, no es una cosa de dos días pero ya verás que solo con dedicarle un rato podrás contectarte con tu ser interior.
Practicar Mindfulness significa creer que eso va servir para mejorar la calidad de vida en ciertos aspectos, pero no implica creer en ideas relacionadas con el dualismo, los espíritus, los dioses o la vida después de la muerte. Es por eso que con frecuencia se utiliza el término Mindfulness para hablar sobre una especie de meditación basada en los principios de la ciencia.
El Mindfulness consigue separar la persona de sus pensamientos para poder reconocerlos y poner en duda los patrones mentales, otorgando un gran peso al aquí y el ahora mediante una atención total al momento presente.
Esta técnica debería practicarse durante media hora al día, aunque se recomienda comenzar con sesiones más cortas, de no más de diez minutos, para ir aclimatando la mente a las nuevas sensaciones e ir construyendo poco a poco estados mentales de meditación.
Hay que tratar de buscar un sitio libre de ruidos, con una temperatura en la que nos sintamos confortables. No hay que olvidarse de desactivar teléfonos, alarmas, aparatos electrónicos y todo tipo de ruidos y ondas que nos puedan molestar o interferir en la meditación.
La posición para el Mindfulness será, simplemente, sentarse cómodamente en el suelo; no necesariamente en la posición de loto, pero sí es básico que la postura deje la espalda en un ángulo recto para facilitar la respiración. Se puede emplear un cojín, una esterilla o una toalla para estar más cómodos. En el caso de que el cojín sea bastante grueso, será recomendable inclinar la zona pélvica hacia delante, sentándonos en el extremo.
Originaria del Budismo, se podría traducir como “conciencia plena”, cualidad que se manifiesta al sincronizar cuerpo-mente-espíritu viviendo el presente. Viene a decir que teniendo conciencia de nuestros cuerpos y dedicándole tiempo a la meditación, nos sentiremos más “plenos”.
No podríamos vivir sin la capacidad de estar en el presente: es la que nos permite recordar a dónde estamos yendo mientras caminamos, aun cuando durante el trayecto, nos hayamos perdido en miles de pensamientos. Sin Mindfulness sería imposible poder observar y reconocer la propia experiencia y vivir en este mundo.
Para iniciarse en la técnica de meditación, hay un periodo de aprendizaje y de entreno de la mente-cuerpo, estudiar la mente y saber cómo funciona, no es una cosa de dos días pero ya verás que solo con dedicarle un rato podrás contectarte con tu ser interior.
Practicar Mindfulness significa creer que eso va servir para mejorar la calidad de vida en ciertos aspectos, pero no implica creer en ideas relacionadas con el dualismo, los espíritus, los dioses o la vida después de la muerte. Es por eso que con frecuencia se utiliza el término Mindfulness para hablar sobre una especie de meditación basada en los principios de la ciencia.
El Mindfulness consigue separar la persona de sus pensamientos para poder reconocerlos y poner en duda los patrones mentales, otorgando un gran peso al aquí y el ahora mediante una atención total al momento presente.
Esta técnica debería practicarse durante media hora al día, aunque se recomienda comenzar con sesiones más cortas, de no más de diez minutos, para ir aclimatando la mente a las nuevas sensaciones e ir construyendo poco a poco estados mentales de meditación.
Hay que tratar de buscar un sitio libre de ruidos, con una temperatura en la que nos sintamos confortables. No hay que olvidarse de desactivar teléfonos, alarmas, aparatos electrónicos y todo tipo de ruidos y ondas que nos puedan molestar o interferir en la meditación.
La posición para el Mindfulness será, simplemente, sentarse cómodamente en el suelo; no necesariamente en la posición de loto, pero sí es básico que la postura deje la espalda en un ángulo recto para facilitar la respiración. Se puede emplear un cojín, una esterilla o una toalla para estar más cómodos. En el caso de que el cojín sea bastante grueso, será recomendable inclinar la zona pélvica hacia delante, sentándonos en el extremo.
La meditación se reporta mejoras en la memoria, la capacidad de concentración, la autoconciencia y la inteligencia emocional. También se asocia con la optimización de los recursos del sistema inmune, así como con la mejora en la percepción de soledad en personas de la tercera edad.