María Eugenia Baptista Zacarías: Beneficios del kéfir y cómo prepararlo
El kéfir es una cremosa bebida fermentada que forma parte de los alimentos probióticos, los
cuales favorecen la digestión y refuerza
el sistema inmunológico de nuestro organismo.
Se trata de un producto originario de Turquía,
también llamado yogur búlgaro o yoca, que puede elaborarse en leche o agua y
está cargado bacterias y levaduras beneficiosas para la salud, así como de
vitaminas A, D, biotina y minerales esenciales como el potasio y el
fósforo.
En el caso del kéfir de leche, esta bebida además es rica en calcio,
proteínas y vitaminas del grupo B, al igual que vitamina K2, la cual es eficaz
para la absorción de nutrientes y formación de masa ósea. Lo mejor de todo es
que en la preparación de este tipo de kéfir se reduce el contenido en lactosa,
transformándose en ácido láctico, lo que evita la intolerancia a la leche.
Aunado a lo anterior, esta bebida posee la
cualidad única de que contiene un polisacárido insoluble llamado kefiran, que
actúa como potente antimicrobiano natural.
Entre los múltiples beneficios que aporta este alimento probiótico al cuidado de nuestro cuerpo destacan:
- Ayuda a regenerar la flora intestinal y combate afecciones como: candidiasis, estreñimiento o diarrea.
- Favorece el proceso digestivo y es un aliado natural para la pérdida de peso de forma saludable, ya que es rico en proteínas y bajo en calorías.
- Aumenta las defensas del organismo, debido a que mantiene la flora intestinal sana, lo que impide enfermedades o infecciones por microorganismos a través del intestino.
- Al ser rico en calcio, el kéfir de leche ayuda al tratamiento contra la osteoporosis.
¿Cómo
preparar kéfir de leche casero?
Este tipo de kéfir se puede hacer fácilmente
con leche de cualquier origen animal e, inclusive, funciona muy bien con leche
de coco u otras leches vegetales.
Ingredientes
-
1
cucharada granos de kéfir de leche
-
1
taza leche de tu preferencia
Preparación:
1. Coloca
los granos de kéfir en un recipiente de vidrio y vierte la leche fresca, a
temperatura ambiente.
2. Remueve
y cubre para que no entren insectos ni polvo.
3. Deja
que la leche fermente con los granos fuera de la nevera durante unas 24 o 48
horas, preferiblemente en un
lugar oscuro, puede ser un cajón o en la despensa. Durante este tiempo el kéfir
y el suero empiezan a separarse, cuánto más tiempo lo dejas fermentando, más
agrío se hará.
4. Una
vez fermentado, cuela los granos del kéfir con un colador de
plástico o de acero inoxidable y guarda el líquido obtenido en la nevera
para que se conserve y puedas consumirlo cuando quieras.
Lo recomendable es tomar la
bebida sin azúcar ni miel para preservar mejor sus bacterias beneficiosas.
Además, ten en cuenta que los granos de kéfir
son reutilizables, siempre y cuando los guardes de nuevo en un recipiente de vidrio
con leche, para que puedas repetir el proceso de fermentación nuevamente.
Con información de Tua
Saúde y Cuerpo y Mente
Fotos cortesía Tododisca, Hogarmania y Wokii